domingo, 14 de octubre de 2007

México

Hidalgo, lugar de regocijo y descanso


Texto y fotografías por Mónica Nava

A sólo 94 kilómetros de la ciudad de México se encuentra el lugar perfecto para pasar un fin de semana agradable y tranquilo. Se trata del estado de Hidalgo, uno de los más bellos de la República Mexicana y que lleva su nombre en honor del cura Miguel Hidalgo I. Costilla, héroe de Independencia de nuestro país.

Para aquellos que no contamos con automóvil y partimos del Distrito Federal, la manera de llegar es muy sencilla: en la Central de autobuses del Norte sale un camión con destino a Pachuca, capital del estado; o bien, el mismo transporte hace parada a las afueras del metro Indios verdes. De ahí, el viaje dura aproximadamente cuarenta minutos hasta el destino.

Monumento en honor de Miguel Hidalgo I. Costilla en la plaza principal de Pachuca.

La bella airosa

El primer lugar para iniciar el recorrido puede ser precisamente la capital, “la bella airosa”, ciudad conocida popularmente con ese nombre debido a los vientos que la circundan y que alcanzan una velocidad de hasta 75 kilómetros por hora.

Para darle un vistazo general a la ciudad, que aún conserva el encanto provincial del pueblo que alguna vez fue, opción excelente es tomar algún recorrido turístico.

Los recorridos tienen un costo de alrededor de $40 y se realizan en transportes a modo de tranvías que salen cada hora y que recorren las avenidas principales y las angostas calles inclinadas del centro de la ciudad, mientras un guía capacitado habla, con anécdotas tan interesantes como y entretenidas, sobre los lugares históricos del lugar, entre ellos las principales iglesias, mercados, parques y construcciones.

Vista panorámica de Pachuca.

El mirador de Pachuca es uno de los puntos a conocer y desde ahí se muestra al espectador una asombrosa vista panorámica de la ciudad y del enorme Cristo Rey que parece recibir al viajero con los brazos abiertos en un gesto de bienvenida y protección desde la cumbre del cerro Santa Apolonia.


Cristo Rey en la cumbre del cerro Santa Apolonia

El reloj monumental

Otra atracción es el reloj monumental de Pachuca, construcción basada en el Big Ben de Inglaterra y símbolo de la ciudad. Ubicado en la Plaza Independencia se construyó en 1910 con el objetivo de conmemorar los cien años del movimiento independentista de nuestro país.

Si corren con suerte y no temen a las alturas, podrán ser de los pocos afortunados que, con la asesoría de un guía, suban por medio de una estructura metálica exterior con numerosos escalones y que les permitirá apreciar cada una de las esculturas que conforman el reloj en un recorrido ascendente alrededor del monumento. El costo para acceder es de $25, aunque si quieren llevar cámara se cobra una cuota más.

Una de las esculturas del reloj monumental de Pachuca.

Huasca de Ocampo

Para continuar conociendo parte de este atractivo estado, el viajero tiene la opción de ir a Real del Monte, población que antaño fuera una importante productora de plata y que se ha convertido en un lugar cuyo atractivo principal son sus zonas boscosas y la posibilidad de rentar cabañas para pasar un fin de semana en reposo y contacto con la naturaleza.

En esta ocasión no pasamos a visitar este municipio ya que encaminamos nuestros pasos hacia Huasca de Ocampo, que quiere decir “lugar de regocijo”; ubicado a 29 kilómetros de Pachuca, es uno de los pueblos mágicos de nuestro país. El transporte público para llegar ahí sale de Pachuca y tiene un costo de $15 por persona.

Huasca es un pueblo que se caracteriza por la sencillez de sus casas de teja, por sus calles empedradas y por estar rodeado de bosques. Su mercado de artesanías brinda la oportunidad de hacerse de alguna que otra joya artesanal. El hospedaje tiene costos muy accesibles: hay cuartos dobles de $300 y si se prefiere uno con cama King sizes, cuesta $350 la noche.

Pero ¡ojo! Huasca no es un lugar para el viajero que busca el desenfreno de la vida nocturna de bares y fiesta. A las 9 de la noche, los establecimientos comienzan a cerrar sus puertas; a las 10, la mayoría de sus habitantes se encuentran en el interior de sus hogares y las calles oscuras y solitarias.

Las tranquilas calles de Huasca de Ocampo.

Prismas basálticos, gigantes milenarios

Uno de los lugares más bellos de Huasca es la barranca María Regla donde se encuentran los Prismas Basálticos, columnas geométricas de basalto bañadas por hermosas cascadas provenientes del agua de la presa San Antonio Regla.


Para llegar ahí desde Huasca es conveniente tomar un taxi que los dejará en menos de 10 minutos a la entrada del lugar, sección turística que incluye un parque, canchas deportivas y el mirador de los prismas.

La entrada cuesta $50 y da acceso a todos esos servicios. Dentro del parque también hay lugares donde se pueden degustar antojitos mexicanos como quesadillas y sopes y servicio de restaurante en el cual se sirven truchas.

Los prismas basálticos se encuentran después del parque y las canchas; además, para acceder a ellos es necesario franquear un inestable puente movedizo construido con madera y cuerdas que se encuentra a elevada altura del suelo y que hace el regocijo de chicos y grandes afectos a la emoción; los más aventureros pasan corriendo y brincando para darle mayor movilidad a la tambaleante pasadera, con el temor de los más asustadizos que se aferran a las cuerdas en medio de incontenidas sonrisas nerviosas.



Estas formaciones tienen una altura aproximada de 30 metros y su origen se encuentra en el enfriamiento acelerado de lava durante un derrame que ocurrió hace millones de años. El sentimiento al mirarlos es indescriptible y cada quien lo vivirá a su modo, lo que es indiscutible es que nadie quedará indiferente ante su impotente presencia y grandeza.


Y por supuesto, nadie se quiere ir sin tomarse una foto frente a ellos, por eso todos procuran llegar hasta el fondo donde el agua cae bañando las columnas y los visitantes son recompensados con una fresca brisa mientras toman un merecido descanso.


Y a lo lejos, en medio de espeso follaje, la Hacienda de San Miguel Regla, residencia del acaudalado minero Pedro Romero de Terreros y que antaño fuera una fortaleza donde se procesaba el material extraído de las minas.


Finalmente, antes de regresar a Huasca, es obligado visitar el Bosque San Miguel Regla; para ello se puede tomar otro taxi o, si prefieren más emoción y aprovechar el momento, pueden rentar una lancha que por $50 pesos atravesará un lago desde los prismas hasta el parque en un recorrido de aproximadamente 10 minutos.


Dentro del bosque hay una bonita plaza circular con un kiosco al centro y tiendas y restaurantes de tejado rojo alrededor; también hay varias paleterías donde venden helados y paletas típicas de la región que son un éxito contundente.

Hasta aquí nuestro recorrido por algunos de los lugares que nos ofrece el bien ponderado estado de Hidalgo.

Lugares que contribuyen a la riqueza turística de nuestro país y que no debemos dejar de conocer. Totalmente recomendables. ¡Buen viaje y hasta la próxima!

Si te gusta viajar y quieres compartir con nosotros tus recorridos y fotografías, ofreciendo tips, consejos, datos útiles y recomendaciones, no dudes en mandarlos a fusioncultural@gmail.Podrías verlos publicados en nuestro blog.

No hay comentarios: