lunes, 19 de noviembre de 2007

Narración breve

Ilustración de Ismael López Hernández


Papito

Por Fernanda Melchor (*)

1977

¡Pendeja! ¿Qué es lo que tienes en la cabeza, burra? ¿Mierda? ¿Por qué no puedes hacer nunca nada bien, eh? ¿Qué esperas, babosa? ¡No chilles! ¡Me limpias ésas chingaderas que pusiste en la pared!

2007

¡Hola, m’hija! Sí, ya te estuvimos viendo en el interné. Oyes, hasta dijeron tu nombre en la radio, eh. Échale ganas, negra. Hay unas cosas ahí que no me están gustando, pero vas bastante bien.

2037

M’hija, esta es tu última foto. Cómo eras linda. Y talentosa, desde chica. Me llenabas los muros del cuarto con tu letra. Puros poemas dolidos escribías.

¿De dónde madres te venía tanta tristeza, eh?


(*) Fernanda Melchor (Veracruz, 1982) es periodista por la Universidad Veracruzana. Ha sido ganadora de diversos premios de cuento y ensayo. En julio 2007 participó en el concurso literario virtual organizado por la UNAM, Caza de Letras, y fue elegida como ganadora por un jurado conformado por los escritores Alberto Chimal, Mónica Lavín y Álvaro Enrigue. Actualmente da clases de Lectura Crítica en una universidad privada, colabora para diversos medios impresos como La Palabra y el Hombre, Excélsior, Replicante y Reverso, y prepara su segunda novela gracias a una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Fernanda:
Es interesante tú texto, pero es un tanto telegráfico y telepático. Telegráfico por lo corto, obviamente; telepático porque igual y en tu imaginación existen muchos otros datos que no transmitiste totalmente. Pero no me hagas caso, yo nada más tengo un tercer lugar de cuento en la UNAM (7ª concurso 1994)y, además, no fue virtual aquel certamen.

Fernanda Melchor dijo...

Hola,
Con el permiso de los señores editores del blog, me permitiré responder al comentario de leonel Puente:
Francamente, no creo que los premios signifiquen gran cosa... Creo que me pasé de mamona a la hora de mandar mi currículum porque resultó más largo que mi cuento... Que quemón, como decimos en mi pueblo.
La telepatía sí se me da; lo telegráfico se debe quizás a que el cuento fue escrito por encargo durante Caza de Letras: había que crear un personaje a través de tres declaraciones suyas en tres momentos distintos de su vida, en menos de 600 caracteres, y de ahí salió Papito.
Sobres,

F.

La instrucción decía: