martes, 18 de diciembre de 2007

Política Nacional

Imagen tomada de: http://colectivozape.blogspot.com

La Corte Preciosa del Góber Precioso


Por Nestor Leandro Hernández (*)


“Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos contesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras…”

El Góber precioso puede sonreir irónicamente, se salió con la suya. Al conocer la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mario Marín, flamante gobernador de Puebla, no titubeó en llamar delincuente a la periodista Lydia Cacho, como ya lo había hecho en diciembre de 2005 al declarar que para él era una delincuente. No le importó el precepto constitucional de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario cuando el educado y preparado gobernador ya la condenaba.


Después de que sus derechos y garantías individuales fueron aplastados y pisoteados, Lydia Cacho decidió acudir a instancias internacionales para que su caso sea escuchado. ¿Cuántos ciudadanos comunes y corrientes no tienen los medios, recursos ni la facilidad para ser escuchados y exigir que se haga justicia? Exonerar al Gober Precioso es exonerar a todos aquellos que cometen ilícitos de toda índole; es permitir las violaciones físicas y emocionales a niños y niñas que no pueden defenderse. ¿Qué pasará con todos aquellos casos en los que no hay personajes públicos involucrados y que no son conocidos?


Esta situación en lo particular no es sólo el asunto de un “Gober Precioso”, es la impunidad de todos los actores en torno a este nefasto personaje, es acerca de todos los que cierran los ojos y no quieren ver la realidad, todos los que voltean la mirada hacia otro lugar para no hacerse responsables, o lo que es más decadente, todos aquellos que son responsables y fingen no serlo.


Hoy todos los pederastas estarán brindando con botellas de coñac el triunfo de Marín Torres; se sentirán tranquilos o tranquilas después de que este sujeto salió exonerado.


Un gobierno cuestionado en su legitimidad, surgido de una de las elecciones más cerradas y cuestionadas de la historia moderna, ahora va a poder espiar, catear, detener y encerrar a discreción. Esperemos lo peor.


Muchos inocentes serán afectados, mientras desde el poder se chantajea y se pacta con los verdaderos delincuentes. La ciudadanía pagará la ineficiencia y la colusión de las autoridades.

Ya nada más falta “la gran reforma estructural” para que el gobierno de Calderón se pueda meter a las sábanas de cualquiera, alegando orden, honradez y ornato.


Felipe Calderón fue de la tarjeta roja al espaldarazo y, finalmente, al silencio cómplice. Como candidato le sacó la tarjeta roja al gober precioso exigiendo -por las niñas y los niños de México- su expulsión de la cancha de la política nacional y se comprometió a que de llegar a la Presidencia de la República Marín sería llevado a juicio político. Después, siendo ya jefe del Ejecutivo nacional ha hecho en un año diez giras a Puebla, dándole el espaldarazo a Marín; y finalmente, guardó silencio sobre el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: “No puedo ni debo, como presidente, coartar o evitar el trabajo del gobierno federal, incluido el mío propio, en acciones u obras que tengan que ver con el beneficio de los poblanos”, se limitó a decir.


Se ha dado una triste lección al país: los delincuentes pueden hacer de las suyas y quien se atreva a denunciarlos llevará todas las de perder. Podrán seguir vejando niñas. Podrán seguir manipulando la justicia. Lo ocurrido hace unos días, a la larga será grave para el país, el peso del descrédito y la ignominia caerá sobre la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El ‘coscorrón’ a Lydia Cacho es, en realidad, un duro golpe a las instituciones


Seis ministros, cuatro hombres: Sergio Valls Hernández, Guillermo Ortiz Mayagoitia, Salvador Aguirre Anguiano y Mariano Azuela, y dos mujeres: Olga Sánchez Cordero y Margarita Beatriz Luna Ramos, negaron que se trataban de violaciones graves a los derechos humanos. Con esto pasan por alto que la tortura sicológica que sufrió la informadora constituye una grave violación a los derechos humanos, de acuerdo a los tratados internacionales signados por México. En el colmo del cinismo, el ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano declaró que “la tortura no es más que un procedimiento ilegal, que no se puede desconocer que a través de ella se puede llegar a la verdad”.


Si todavía quedara dignidad en la institución, los seis ministros deberían de presentar su renuncia inmediata. Es decepcionante que hayan sido dos mujeres ministras las que defendieran esa posición en contra de otra mujer, e inaudito que quien utilizó facciosamente a las instituciones para “darle un coscorrón” a la periodista Cacho goce de impunidad para seguir protegiendo a las organizaciones criminales… Señores ministros: ustedes son los héroes de esta película, Papás!


Ahora, con la nueva reforma judicial aprobada en fast track por la Cámara de Diputados y el Senado de la República, la autoridad podrá realizar cateos sin orden de aprehensión, también detenciones arbitrarias y espionaje telefónico, entre otras graves modificaciones de orden legal.


Estas reformas contravienen las garantías individuales consagradas en la Constitución, contradicen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y violentan los numerosos tratados internacionales que ha firmado nuestro país en materia penal, de justicia y de derechos humanos. Caminamos aceleradamente hacia un régimen policiaco. No es una reforma de justicia ni de seguridad pública… Es una contrarreforma política.



(*) El autor es egresado de la licenciatura de Periodismo y Comunicación de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM. Se ha especializado en periodismo electrónico; coordinador de invitados y de información desde 2003 del noticiario radiofónico “En los Tiempos de la Radio” conducido por Oscar Mario Beteta en Radio Fórmula, ha sido también reportero en la Agencia Detrás de la Noticia de Ricardo Rocha y en el noticiario cultural “Radio UNAM Informa” en el 96.1 de FM, donde también fue productor. Asistente de producción por un breve tiempo en “Monitor de la mañana” al lado de José Gutiérrez Vivó, también ha incursionado en medios escritos como colaborador en la redacción del diario El Sol de México.

No hay comentarios: