Música

Foto: El Universal

"This is a live concert, not a recording"
Björk en la barranca de Huentitán

Por Jorge Fernando González

El pasado sábado 8 de diciembre en la región de El aguacate, cerca de Zapotlanejo, Jalisco, la diva islandesa Björk ofreció un único recital en suelo mexicano. La espera fue larga, años atrás se rumoró en algunos medios impresos sobre la presencia de la excéntrica cantante en nuestro país (todos ellos falsos), pero fue hasta hace apenas cuatro meses cuando se confirmó lo que para algunos era sólo una fantasía. Björk finalizaría su tour por Latinoamérica en nuestro país, en el marco del Festival Internacional de Música Sonofilia 2007. No venía sola, le acompañaban bandas y artistas de la escena electrónica mundial como MSTRKRFT, Ratatat, Jay Jay Johanson y Claude Von Stroke.

El furor por Björk se extendió con rapidez, fanáticos de todos los rincones del país se daban cita para ver a su artista favorita. No importando la distancia, el elevado costo del boleto y lo difícil que resultaba llegar a la barranca de Huentitan, la cual queda a dos horas de la zona metropolitana de Guadalajara. Después de todo era una oportunidad única de ver y escuchar de cerca a la nacida en Rejkiavic. Se decía que la visita de Björk a nuestro país se debía a un compromiso adquirido años atrás con la fundación Solomon Guggenheim que prepara la apertura de un museo en Guadalajara, México. Fuese cual fuese la razón de Björk para visitar este país no cabía la menor duda de que se trataba de un evento obligado para cualquiera que se considere amante de la vanguardia musical.

La región de El aguacate amaneció diferente la mañana del 8 de diciembre, algunos hicieron fila desde tempranas horas para entrar al festival mientras muchos otros buscaban alternativas para llegar hasta la barranca de Huentitan. El terreno ahí, es muy árido, el clima era cálido aunque de pronto el viento hacía de las suyas, empolvando a todo aquel despistado que se cruzara en su camino. Ya en el festival hubo toda clase de personas y personajes: fanáticos a ultranza, chicas disfrazadas, fashionistas, despistados y demás entes transitaban por El aguacate en busca de souvenirs o de alimentos mientras comenzaba el espectáculo.

Según el programa, Jay Jay Johanson, de Suecia, sería el primero en aparecer en el escenario de Sonofilia, dos horas más tarde tocaría turno al dueto neoyorkino Ratatat para después dar paso a Björk, la atracción principal del festival. MSTRKRFT de Canadá se encargarían de animar a la audiencia después, mientras que el estadounidense Claude Von Stroke sería el encargado de la clausura. Debido a contratiempos y fallas en la organización, los conciertos comenzaron en un orden y horario diferente al que se había planeado y quien encabezaba el cartel, Jay Jay Johanson, fue reemplazado por Ratatat, quienes dieron comienzo al festival entre ocho y ocho y media de la noche. Una marejada de energía, guitarrazos y cabellos alborotados sacudieron el escenario de Sonofilia. Ratatat resultó ser una grata sorpresa, lo entregaron todo aunque no lograron ser cobijados totalmente por la audiencia, que impacientemente esperaba la presencia de la artista islandesa y la gran mayoría no prestaba atención a lo que sucedía en el escenario.

Alrededor de las diez de la noche, por fin comenzó. Extraña y etérea, Björk salió a escena ataviada como hongo multicolor y maquillada con motivos tribales precedida de una banda femenina de vientos y metales. Le acompañaban Mark Bell y Damian Taylor en el keybord y el Reactable, Chris Corsano en las percusiones y Jonas Sen en el piano. La también esposa de Mathew Barney empezó su espectáculo con la clásica Anchor song. Mientras cantaba la brevísima balada se notaba un dejo de incomodidad en su gesto, seguramente provocado por la desmesurada presencia de cámaras fotográficas y videocámaras, las cuales, se había estipulado a petición de la artista, estaban prohibidas durante su presentación.

El clamor unánime del público dibujó de pronto una sonrisa en el rostro de la canta-autora quien continuó con Inmature para después cantar Aurora, al finalizar la pieza agradeció con un contundente “Grrracias”. Los ánimos subieron de tono con la emotiva All is full of love, la cual fue coreada por todos los presentes. Earth intruders sirvió de pretexto para que dos lanzallamas encendieran un cálido fulgor por todo el lugar. Siguieron las exitosas Who is it y Hunter, las cuales hicieron las delicias de la audiencia con su atípica orquestación llena de percusiones e instrumentos de viento. La atmósfera se cubrió de sensualidad con The pleasure is all mine y Pagan poetry para después dar paso a la sentimental Desired constilation. De repente, Björk interrumpió para pedir a los presentes que apagaran sus cámaras, ya que estas hacían del concierto un acto impersonal “I can’t see human faces. I’m just seeing cameras, this is a live concert, not a recording” dijo y entonces las cámaras fueron guardadas, aunque algunos las mantuvieron encendidas, tercos en su afán de registrar el momento.

La diminuta cantante lucía gigantesca en el escenario al interpretar la bellísima Hyperballad durante la cual un impresionante juego de luces laser color verde se mezcló con los agitados alaridos de los poco más de 20,000 presentes, le siguió la temperamental Pluto con la que se despidió. La barranca de Huentitan, ahora arropada por la espectacular voz de Björk, ardía con los gritos de emoción de la gente que pedía una canción más. De pronto, la islandesa apareció en el escenario haciendo una última petición a su gozoso público, una de sus trompetistas cumplía 20 años esa noche y entonces preguntó “Can you sing the mexican birthday song to her please?” Petición que fue atendida de inmediato por todos, quienes al unísono cantamos las mañanitas para la joven y ruborizada rubia. Acto seguido Björk anunció la ultima canción de la noche y al grito de “Viva la revolución” los poderosos beats de Declare Independence se apoderaron del lugar y una lluvia de papel blanco inundó el estéril paisaje jalisciense convirtiéndolo en un escenario glaciar, contexto familiar para la islandesa quien satisfecha se despidió diciendo en perfecto español “Gracias, Buenas noches”.

Después de una hora y media de canciones y pirotecnia el público quedó más que satisfecho, nadie clamó por más, muchos corrieron por algo de beber mientras muchos otros, aquellos que llevaban auto, iniciaron el éxodo hacia la ciudad. Por mi parte y emocionalmente agotado me refugié en la carpa de comidas mientras daban las 4:30 de la mañana, hora en la que nos recogió el autobús que nos llevaría de regreso al centro de Guadalajara.

El festival aún no terminaba y después de la presentación de Bjork, MSTRKRFT puso a bailar a todos los que permanecieron en la pista, con su estimulante mezcla electrónica. Más tarde, luego de un accidentado viaje en avión y un complicado arribo por carretera, Jay Jay Johanson, de andrógina apariencia, comenzó su presentación 5 horas después de lo planeado, sin embargo, su estilo sobrio y nostalgico, convenció y satisfizo a la ya escasa multitud. Por ultimo el famoso Dj Claude Von Stroke transformó la atmósfera melancólica con sonidos frescos y festivos.

De ese modo concluyó el Primer festival internacional de música Sonofilia 2007 y el panorama, para próximas ediciones, es aún incierto. Los organizadores deben hacer grandes mejoras para que este interesante y prometedor proyecto prospere. Los errores suman una lista entera (elevados costos, acceso complicado al lugar, fallas de audio, etc.), mientras que los aciertos apenas pueden contarse con los dedos de una mano.

En tanto, yo me quedo con la imagen de Björk, intensa y fascinante, hechizándonos a todos con su extraordinaria y juguetona voz. Me quedo también con la imagen de Björk haciendo un recorrido por dos de los mercados más sórdidos y bulliciosos de la ciudad, el Mercado Corona y el de San Juan de Dios, donde como cualquier otro turista paseó por los pasillos del lugar, compró bagatelas esotéricas y bebió jugos en compañía de su hija y un discreto escolta que las seguía de cerca, ignorada por completo por los despistados locatarios. Björk nunca dejará de sorprendernos.