domingo, 16 de marzo de 2008

Para disfrutar en cartelera


Fotograma de la cinta No country for old men, dirigida por los hermanos Coen

No country for old men
(Sin lugar para los débiles)

“Si el camino que has seguido te trajo hasta aquí, ¿qué tiene de malo?”
Anton Chigurgh (Javier Bardem)
Para Griselda

Por Omar Galicia Gallareta

Mientras caza en el páramo texano, un hombre se encuentra con un escenario pesadillesco: tres camionetas tiroteadas y varios hombres muertos, asesinados al parecer, entre sí. Descubre un cargamento de droga y supone que debe haber dinero, lo intuye, lo busca, y lo encuentra. Así dará inicio a una espiral de violencia en donde la ambición por el dinero parece ser el único sentido de la vida.

Decimosegundo largometraje de los hermanos Ethan y Joel Coen, Sin lugar para los débiles reflexiona sobre el estado contemporáneo de la sociedad estadounidense (a pesar de que la película se desarrolla en 1981) y sobre cómo la fascinación por el dinero y la casi ausencia de valores se han arraigado en todo lo largo y profundo del país norteamericano. En la cinta tenemos a tres personajes centrales: el primero en aparecer un excombatiente de Vietnam, y ahora ranchero texano será quien expanda la ola de violencia en la historia, al tomar dos millones de dólares de un tráfico de droga malogrado; el segundo es un sicario profesional, quien perseguirá sin tregua al ranchero, y el tercero y último el sheriff del condado donde se han perpetrado los crímenes y quien ve, con genuino e impotente terror, cómo la persecución va cobrando más y más vidas.

Basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, No Country for Old Men viene a presentarnos una reflexión sobre el momento de ruptura que ha venido viviendo Estados Unidos desde hace varios años, sobre todo cuando el narcotráfico empezó un empoderamiento no sólo empresarial o político, sino policíaco y social, y que aumentaría su daño gracias a la cultura de violencia que ya vivía la nación norteamericana. La cinta incluso se plantea disyuntivas que parecerían exageradas si no fuera por que la realidad las rebasa: por un lado, el hecho de vivir en medio de un fuego cruzado que no atiende bandos, edades o sexo, una violencia que basta con alcanzarlo a uno para matarlo en un motel, una carretera o en un barrio de los suburbios. Y por el otro la incapacidad para asimilar esta situación, la inquietud que se torna en angustia ante lo que no se puede evitar y que se asume como en constante crecimiento.

Por si estos planteamientos no fueran suficientes, los realizadores hacen énfasis en evidenciar a sus personajes, que se encuentran dispuestos a hacer lo que sea (legal o no) por dinero: el dueño de un hotel que recibe dinero para avisarle a un huésped si alguien más llega a registrarse; jóvenes que se despojan de su ropa por unos dólares e incluso un niño que da su camisa a cambio de un billete. Resulta simbólico que el personaje perseguido, anclado ya en la convicción de quedarse con el dinero a como dé lugar, decida huir hacia México, como esperando librarla cuando en la cinta se nos ha mostrado que en Estados Unidos también “todo se puede con dinero”.

Además, el ranchero perseguido nos muestra una frialdad y capacidad cuasi criminal para huir, (lo que desde luego tiene mucho que ver con su pasado militar) mientras que por el otro lado vemos la obsesiva y depredadora actitud del sicario por “lograr” sus objetivos, que a su vez parecieran haberlo llevado a la construcción de un código autojustificatorio e incluso éticamente legítimo. Por su parte el papel del sheriff (interpretado por un justo Tommy Lee Jones) pareciera ser el único que ve trastocados sus valores, el único que ve trastornado su entorno lo que le provoca una angustia vital.

Sin lugar para los débiles nos deja un final “abierto” donde el espectador no sabe qué fue lo que sucedió realmente, y pareciera que la interrogante la hacen los mismos realizadores, ya que esto, aún no termina.

¿Tendremos la oportunidad de envejecer?


Sin lugar para los débiles
(No Country for Old Men)
Año: 2007. 122 min.
Estados Unidos.
Dirección: Ethan Coen y Joel Coen.
Productor: Ethan Coen, Joel Coen, Scott Rudin y Mike Zoss; Miramax/ Paramount Classics
Guión: Joel Coen y Ethan Coen.
Basado en el libro No country for Old Men de Cormac McCarthy
Fotografía: Roger Deakins
Música: Carter Burwell
Edición: Roderick Jaynes
Distribución: Miramax Films / Paramount Vantage
Intérpretes: Tommy Lee Jones (Ed Tom Bell); Javier Bardem (Anton Chigurh), Josh Brolin (Llewelyn Moss); Woody Harrelson (Carson Wells), Kelly MacDonald (Carla Jean Moss)

2 comentarios:

MarioYoga dijo...

Diría Dylan "que viejo era en ese entonces, pero que joven soy ahora". O el Ian Anderson: "Demasiado joven para morir, muy viejo pa'l rocanrol".
En el aclamadísimo gran papel de Bardem, yo esperaba un poco más. El final de la película es muy bueno, inesperado y angustiante.

Griselda dijo...

Una buena interrogante plantea...."el camino me trajo aquí...porque yo decidí el camino"....excelente reseña....gracias, y se le extraña en este espacio :-)